MONUMENTOS DE VEJER

 Monumencaturas

... es la difinición que les hago al patriminio arquitectónico, unos edificios con unas singularidades especiales, ya que todos son distintos, con peculariedades en sus formas.

Este es mi homenaje a estos pastelitos en clave de cómic o como bien los denomino, en Monumencaturas, la caricatura de un monumento.

San Francisco

El primitivo convento de San Francisco bajo la advocación de la Concepción se fundaba en 1552 en lo que más tarde sería convento concepcionista.



Las desavenencias entre el fundador Juan de Amaya el Viejo y la comunidad franciscana llevó a los religiosos a abandonar el primer convento franciscano, en 1578, y solicitar del vicario de las Iglesias de Vejer licencia para residir en la Ermita de Nuestra Señora de Clarinas. A partir de esta ermita y de otros espacios y casas concedidas por el cabildo de la villa y por particulares y con la ayuda de la casa ducal los franciscanos levantan el convento y templo de San Francisco en la segunda mitad del S. XVII y primera mitad del S. XVIII.


El convento de San Francisco fue suprimido, en 1836, y sus inmuebles pasaron al Estado en virtud de los decretos de desamortización de bienes eclesiásticos. En 1842, cuando el templo y parte del convento era utilizado por el Ayuntamiento como dependencias municipales, un incendio intencionado destruye parte del edificio. El antiguo templo fue adquirido en subasta por Pedro del Río, en la década de los cuarenta del S. XIX, quien lo vende a los hermanos Enciso. Estos edifican tres plantas en el cuerpo de la Iglesia, en el estado en que hoy se encuentra. Desde principios del S. XX, el antiguo templo se transforma, primero, en Fonda de El Comercio y más tarde, en la popular "Fonda Gallardo". Fue adquirido por el Ayuntamiento, en 1979, para destinarlo a Hotel.


La Merced

La Orden de la Merced se estableció en Vejer en 1620 en unas casas próximas a la ermita de Santa Catalina, constituyendo este conjunto el primitivo convento. En 1633, comenzó a edificarse el convento y templo que fue abierto al culto en 1646, bajo la advocación de "Ntra. Sra. de la Merced de Santa Catalina". El terremoto de 1773 provocó daños importantes en el templo, en el presbiterio y en la espadaña del muro del evangelio que debió derribarse. El convento fue objeto de la desamortización de 1835-36. Clausurado junto con el templo, vivió una época de abandono y de ruina. En 1900, el P. Fernández Caro adquirió el inmueble y restauró el templo, aunque acortándolo al eliminar el primitivo presbiterio.


Descripción arquitectónica

Se trata de una iglesia de una sola nave de planta rectangular de unos diecinueve metros de largo por diez de ancho. El presbiterio presenta un ábside rectangular. Toda la nave única se cubre con bóveda de medio cañón.

La portada lateral se abre en el muro de la epístola, en la mitad del edificio. Se trata de una portada de medio punto que presenta al exterior ornamentación de pilastras, entablamento y sencillo frontón partido por el escudo de la orden de la Merced.

La portada principal, hoy clausurada, se hallaba en el muro hastial a los pies del templo. Era igualmente de medio punto y presentaba hacia el exterior una ornamentación de pilastras y entablamento simple. A la derecha de este muro descansa la espadaña de dos cuerpos, edificada a finales del S.XVIII.

El  Salvador

La iglesia del Divino Salvador de Vejer de la Frontera (Cádiz, España), es una iglesia ubicada en la parte más alta de esta localidad, dentro de su viejo recinto amurallado, declarado conjunto histórico-artístico. Recibe su nombre por ser el seis de agosto la fecha en que los cristianos reconquistaron la villa de Vejer.

A simple vista se aprecia que se trata de la yuxtaposición de dos edificios de distintas épocas, y que si aún subsiste el más antiguo es porque no se pudo completar el segundo a expensas del primero. Parece ser una construcción mudéjar levantada sobre la planta de una anterior mezquita, planta que la segunda edificación vino a ocupar después.



La mitad occidental del templo es una edificación tardogótica que se concluye a mediados del siglo XVI; la mitad oriental, incluyendo la capilla mayor, corresponde a una iglesia gótico-mudéjar de cronología anterior, que no llegó a ser completamente sustituida durante el proceso de modernización. En ella resulta bien visible la mezcla de elementos de tradición cristiana con otros de ascendencia andalusí.

Las dos mitades de la edificación tienen tres naves alineadas y yuxtapuestas, ensambladas en la cubierta pero deficientemente trabadas en el interior. Intervienen en su construcción Agustín de Argüello, como Maestro Mayor, y Antonio Padilla y Bernardo de Torres como aparejadores. Otros artistas relacionados con esta iglesia son Francisco de Villegas, escultor y Juan Rodríguez como ensamblador (siglo XVII).

La parte gótico-mudéjar cubre su nave central con bóvedas de crucería que revisten sus nervios con dientes de sierra. Los arcos formeros, que ornamentan su rosca con arquillos lobulados, apoyan sobre macizos pilares de sección rectangular a los que se les adosan columnas de mármol con capiteles reaprovechados de una construcción anterior, tal vez de una mezquita.


La Oliva


El templo actual data de 1780 y está edificado sobre una construcción más antigua que se remonta al periodo de dominación visigoda de la península ibérica, la cual fue consagrada en el año 678 por el obispo Teodoracio y se construyó en el mismo lugar que ocupaba anteriormente una antigua villa romana, cuyos materiales se reciclaron para la construcción del templo cristiano.



Tras el periodo de dominación musulmana y la reconquista, la iglesia debió de reconstruirse y desde mediados del siglo XIV está dedicada a la advocación de Nuestra Señora de la Oliva, patrona de Vejer de la Frontera. Prueba de la antigüedad del recinto es un pedestal romano que aún se conserva, el cual contiene una inscripción funeraria de origen precristiano y otra inscripción conmemorativa de la consagración de la Basílica Visigótica en el año 678. En el interior de la ermita puede contemplarse un retablo barroco fechado en 1773 y la imagen de la Virgen de la Oliva, obra del escultor Martín Alonso de Mesa realizada en 1596.

Los Molinos

Actualmente, se conservan 7 molinos harineros: San Francisco, San José, San Antonio, Cruz de Conil, Santa Inés, Márquez y Morillo. Todos ellos datan del siglo XIX, salvo el molino de Santa Inés, que se construyó en el siglo XVIII, y el de Márquez, que es de principios del siglo XX.


La función principal de estos molinos era la de moler el trigo y actualmente forman parte de un importante legado histórico para el pueblo.

Su construcción seguía el mismo patrón. Una torre sólida de poca altura con paredes gruesas que se adaptaba a los fuertes vientos del litoral de La Janda. Por regla general tenían una superficie de 30 metros cuadrados. Los muros se realizaban en mampostería y llegaban a tener hasta 1,5 metros de altura. El techo, de forma cónica, era de madera con una capa de zinc y se apoyaba en una estructura (también de madera) que le permitía rotar para poder orientar las ocho aspas hacia donde soplase el viento.


Torre del Mayorazgo


El tramo urbano situado en el extremo de levante de la muralla se configura como un pequeño recinto defensivo que cuenta con dos torres, en sus ángulos norte y sur.


La torre del flanco norte protege y refuerza el arco o Puerta de Sancho IV, mientras que la que da al sur, conocida como "Torre del Mayorazgo" toma mayor proporción y altura y se remata con una pequeña azotea y campanil. Desde su altura se ven las marismas y ensenada de Barbate, lo que parece justificar su función también de vigía.

Un adarve recorre la distancia entre ambas torres, norte y sur, siendo restaurado todo este conjunto entre los años 1974 y 1976; el derribo del antiguo ambulatorio allí existente ha permitido crear un espacio transitable a través de ellos, desde el que se ven los lienzos de las murallas originales.

¡Pastel de pastelitos de nata y trufa!

... para acabar este simpático recorrido por las viejas reliquias de nuestro entorno,un regalo visual, una monada, les dejo esta tarta vejeriega.


¡Hasta siempre Vejer!

Juan Romero






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